A pesar de estar a 5 kilómetros de la frontera con Eslovenia, se percibe al instante que se trata de un país diferente. La elegancia y lo hortera en la vestimenta de los italianos, las maniobras al volante de los conductores y, por supuesto, ¡miles y miles de motos por todos lados! La de la foto, una Vstrom con infinidad de extras.
